Maderas descartables de los palets que se arrojan en la vía pública fueron los elementos que se usaron para confeccionar este bello barco.
"Trabajo de preso", sería la exclamación más común si no fuera porque esta vez es veraz.
Un preso que espera un juicio justo , ante su inocencia, plasmó su ruego a Yemonjá en esta obra que hoy vibra en el altar del Ilé Sangó Iná.
Quiera Yemonja en casa de Sangó hacer justicia y devolver a este hombre a la sociedad sin mancha.
El pedido y la concesión de gracias no es propiedad de ninguna religión y sí lo es de todos los seres nobles que padecen causas injustas.
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