Construyendo un relato en base a una opinión.
El último artículo, minúsculo y sin segundas intenciones, de mi autoría , titulado "Cris-Pasión", le sirvió a un ignoto periodista para alterar su redacción y, entre líneas desordenadas en tiempos y espacios "intentar" introducirme y vincularme con las más altas autoridades políticas actuales de Argentina en un librillo tan ignoto como su autor.
Hace muchos años que entendí que los gobiernos pasan y nuestra Religión queda. Con todos los gobiernos he tenido que relacionarme desde diferentes áreas institucionales como una obvia consecuencia de presidir una Asociación Religiosa legalmente reconocida sin que esto signifique militancia alguna. Más bien, siempre he sido bastante contestataria hacia las tristes y pobres políticas discriminatorias que se ejercen desde el Estado Nacional sobre nuestras prácticas comenzando porque aún estamos regulados por la Ley 21.745 de la dictadura militar y ésta aún sigue vigente y ningún gobierno ha derogado hasta la fecha.
Con 35 años de vida Institucional de la Asociación que presido, en pleno y continuo contacto con personas de todas las clases sociales que han acudido y siguen acudiendo a nuestra sede en busca de ayuda espiritual o bien para incorporarse como fieles religiosos, no faltaron periodistas, políticos, artistas, empresarios, investigadores académicos, juristas, militares, policías, docentes, médicos, funcionarios de diferentes gobiernos, pintores, albañiles, domésticas, carpinteros, porteros de edificios, mucamas...en fin, PERSONAS que buscan lo trascendente y divino para orientarse en sus vidas.
Nuestra población religiosa inserta en la Asociación cuenta en su listado de socios con muchos académicos que comenzaron a asistir estando en la escuela primaria .Algunos ocupan cargos en el Estado Nacional sin que estas posiciones modifiquen ni interfieran en nuestra visión religiosa. Siguen siendo PERSONAS .SERES HUMANOS a los que seguimos asistiendo y frecuentando con fuertes lazos de amor y respeto cimentados en largos años de convivencia.
Por todo lo expuesto, no dejaré de opinar lo que me plazca sobre la realidad política argentina porque soy argentina, ciudadana y tengo los mismos derechos que cualquier habitante de este bendito país para expresarme. Mi investidura religiosa tampoco me lo prohíbe ya que tengo la obligación de defender por lo mismo que represento.
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