Susan Wenger, Adunni Olorisa de Osun Osogbo, muere a los 94 años el Martes, 13 de enero de 2009.
Susan Wenger, devota de la diosa Osun, popularmente conocida como Adunni Olorisa, falleció pacíficamente el lunes a la edad de 94.
Wenger, una austriaca, llegó a Osogbo, Osun State en los años 50 en compañía de Ulli Beier y desde entonces ha sido el punto de reunión en la revitalización de
la moribunda tradición Osogbo Osun.
El Ajaguna de Osogbo, Jefe Gabriel Ojo Oparanti, dijo Wenger, murió a alrededor de 2,00 horas del lunes y fue enterrada poco después en consonancia con las instrucciones que dio en vida. Oparanti dijo que Wenger había dado instrucciones para su entierro, que no se debía demorar y que ella no debía ser embalsamada de ninguna forma.
Según el Ajagunna, "nadie será capaz de localizar su tumba porque ella también dice que no quiere que venga el hombre blanco y sepa donde está enterrada y, por tanto, convertirla en un lugar turístico".
Cuando el Diario Arboleda del Domingo llegó a las 9:00 pm el lunes, los tradicionalistas y devotos realizaban los rituales en el corazón del Bosque de Osun de Wenger, algunos de ellos acudieron al llamado del espíritu de la Osun Osogbo.
El Gobernador del Estado Osun , el Príncipe Olagunsoye Oyinlola, describió su muerte como una pérdida nacional.
La joven austríaca llegada en los años 50 se enamoró del lugar, la gruta de osun Osogbó.Ella se enamoró de el lugar, y desde entonces, ella había llegado a personificar "el espíritu del bosque", como es la traducción en Inglés de "Osogbo"
. Wenger, que fue a través de matrimonios en Nigeria, estaba casada con el reconocido documentalista alemán, y fundador del Movimiento Mbayo MBARI, Ulli Beier. El dúo había vivido en Ede, una ciudad histórica de el Estado de Osun. Adunni más tarde se casó con Ayansola Oniru (el baterista), una relación que puede haber sellado su vínculo espiritual con Osogbo, donde vivió y murió. Mientras tanto, Wenger Osogbo, en la residencia y los olivares, que hizo su antecesor espiritual, se convirtieron en lugares de interés para los turistas locales e internacionales. Wenger deja legados tangibles e intangibles, tanto en Osogbo y más allá se encuentran en las extrañas esculturas que adornan el bosque Osun y una legión de seguidores y devotos de Osun, “el río Diosa” a la que dedicó su vida.
Lo precedente es un detalle de notas peridísticas. La verdadera importancia e influencia de esta notable artista y religiosa ha sido su persistente actitud pro defensa de los valores espirituales y del Arte plasmado en las Esculturas de Osogbó que ella misma restauró y fue colleccionando a través de los años.
Una "Oyimbó" (extranjera blanca) supo respetar las Tradiciones mucho más que los propios Yorubas quienes en los ültimos años hicieron del Festival de Osun una verdadera profanación comercial.
El último Festival del 2008 fue sponsoreado por firmas comerciales extranjeras que vendian miel en sachets y bebidas como el Gin de una marca internacional, Epó en sachets.
Muchas criticas de los Tradicionalistas se alzaron contra esta comercialización que llegó al punto de incluir paquetes turísticos con alojamiento incluido ,trayendo turistas curiosos por ver un ritual exótico muy lejos de los Tradicionales Festivales a Osun donde se inmola una cabra recordando a Osun Moremi.
Susan Wenger no vaciló en condenar a los profanadores que vaciaron de contenido religioso al emblemático Bosque Sagrado de Osun, su Gruta y aledaños convertidos en una verdadera Feria.
Ya nada será igual después de su desaparición física.
El infame comercio de los especuladores nigerianos, muchos de ellos ni siquiera Tradicionalistas sigue su camino de Comercio y Explotación de la Fe en una de las Religiones Tradicionales más antigua del mundo.
Ounló Olòrìsà Aduni
Igbá Ègun
ESPERANZA.
